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viernes, 25 de marzo de 2011

Historia del Chocolate II - Su entrada a Europa

Cristóbal Colón conoció el cacao durante su cuarto viaje al Nuevo Mundo, en 1502. A su vuelta a España, llevó muestras de cacao a los Reyes Católicos, aunque en ese momento la bebida no tuvo éxito por su sabor amargo y picante y por su aspecto sucio.

Unos años más tarde, Hernán Cortés probó el chocolate durante los banquetes organizados en su honor por Moctezuma II. Lo describió así: "cuando uno lo bebe, puede viajar toda una jornada sin cansarse y sin tener necesidad de alimentarse". Además del valor alimentario también le llamó la atención el valor monetario que le daban los aztecas. Al respecto escribió a su rey Carlos I de España: "es un fruto como de almendras que venden molida y tiénenla en tanto que se trata por moneda en toda la tierra y con ella se compran todas las cosas necesarias".

 Hernán Cortés y Moctezuma

En 1519, Cortés solicitó a Moctezuma una cantidad de semillas de cacao.

Los primeros granos de cacao llegaron a España a través de religiosos españoles que volvieron de México junto con la receta para hacer chocolate. Así fue posible fabricar por primera vez el chocolate en tierra europea.

La aristocracia española quedó tan encantada con el cacao que se negó a revelar su existencia a los forasteros durante casi cien años. En aquel momento, el sabor de la bebida seguramente era más propio de un medicamento y se consumía por sus propiedades medicinales, o incluso afrodisíacas. La incorporación de azúcar (y de especias como vainilla y canela) a esta bebida es una idea con origen incierto: pudo darse en México o al llegar el cacao a Europa. En cualquier caso, tal combinación fue la que “mejoró” el sabor de la bebida para el paladar de los habitantes del Viejo Mundo y propició que se extendiera por toda Europa.


El metate, o piedra de moler el cacao, muy usado en España hasta el siglo XIX

En 1606 la fabricación del chocolate llega a Italia a través de Francesco Carletti tras un viaje a las posesiones españolas de América. A través de Carletti tenemos las primeras referencias a la elaboración del chocolate por parte de los indígenas (semillas de cacao tostadas, agua y azúcar) y, sobre todo, a la existencia de cacao solidificado en cuadraditos, que servía para ser transportado en los viajes como provisión, y que si era necesario se disolvía en agua.

En 1615 llega el cacao a Francia a través del matrimonio de la hija de Felipe III, Ana, con el rey Luis XIII de Francia.

En 1646 llega a Alemania desde Italia. Durante años, los alemanes lo consideraron como una medicina, y sólo se vendía en droguerías y farmacias.

En 1657 empieza a extenderse por Inglaterra, donde por primera vez en Europa el chocolate se ofrece en forma de pastelillos (1674). Más importante es la fecha de 1746, pues en un club de aficionados al chocolate se produce una gran innovación: el agua, lo único empleado hasta entonces para mezclar con el cacao, se sustituye por leche, añadiéndosele a veces huevos, alcohol y vino añejo.

 Casa de chocolate, Londres (aprox. 1708)

En 1679 la producción de chocolate en Alemania entra en su etapa industrial, gracias a los adelantos tecnológicos. Sin embargo, no fueron los alemanes quienes lo desarrollaron, sino los suizos, los ingleses y los belgas.

Durante casi todo el siglo XVIII el chocolate, aunque moldeado en forma de bloques, se utilizaba básicamente para preparar bebidas y apenas se empleaba como golosina o para hacer pasteles. El proceso de elaboración desarrollado por los españoles consistía en lo siguiente: una vez tostado, descascarillado y molido, la masa del cacao era molida hasta dejarla convertida en una fina pasta y mezclada con mucho azúcar, canela, vainilla, almizcle y colorantes.


Servicio de chocolate a la española de finales del siglo XVII, con su jarra y sus panes 
para ser mojados en el chocolate que contiene la taza.


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